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“Ser un sacerdote fue algo que siempre quise hacer”

  • Writer: Vero Gutierrez
    Vero Gutierrez
  • Mar 19
  • 4 min read

Padre Pedro Cepeda, Verbum Spei


El Padre Pedro Cepeda, miembro de la comunidad Verbum Spei (VS), no tuvo un crecimiento como la mayoría de los niños porque nació con un problema de Hidrocefalia, y debido a ello tuvo que ser sometido a 10 cirugías mayores durante sus primeros años de vida.

El nació en Saltillo, Coahuila, el 27 de marzo de 1987 es el segundo de tres hijos de José Antonio e Yvonne Angélica Cepeda.

Cuenta con mucha simpatía que aprendió a caminar cuando tenía cinco años gracias a su hermana menor, porque la imitaba y eso le ayudó a lograr esta habilidad que después le permitió acudir a la escuela, a pesar de la rigidez de sus músculos.

El Padre Cepeda, tiene una especial devoción por la Virgen de Guadalupe con quien reza el rosario, como lo aprendió de su bisabuela de 98 años, a quien describió como la persona más feliz y relajada que ha conocido en su vida.

La bisabuela del Padre Pedro era una mujer que no escuchaba de un oído y del otro muy poquito, sin embargo, platica que siempre estaba en calma, no exigía atención para ella misma, nunca gritaba y siempre estaba rezando el rosario. Cuando Padre Pedro siendo niño la observaba, pensaba que eso que ella hacia debía ser muy bueno porque siempre estaba con una expresión de paz y felicidad en su rostro. Ahora sabe que esta oración te pone en calma.



La familia Cepeda celebra el aniversario de bodas de Yvonne Angélica y José Antonio Cepeda, sentados en el centro con sus nietos Ana Cris y José Antonio Cepeda Tercero. De pie, José Antonio Cepeda Jr., y su esposa Cristina Amaya; el Padre Pedro Cepeda y su hermana Marcela Cepeda junto a su esposo Ricardo Villareal.


Para el Padre Pedro ha sido complicado poder llevar una vida normal. Desde muy pequeño el pediatra que después se convirtió en su padrino de primera comunión, fue el primero en detectar alguna anormalidad en su desarrollo y a partir de ese momento comenzó a tener un cuidado especial.

Se le colocaron dos válvulas en su cabeza, atrás del oído que le ayuda a realizar las funciones que no puede realizar su cuerpo de manera natural y también le implica tener cuidados especiales en las actividades físicas que realiza. Gracias a Dios no tuvo una parálisis cerebral como ocurre a las personas con Hidrocefalia y solo quedo la rigidez muscular.

 Durante su infancia requirió mucha atención médica porque había muchas secuelas físicas que requerían cirugías para resolver el problema del movimiento.

“Mis padres han permanecido siempre unidos con Dios y pidiendo por mi salud a la Virgen de Guadalupe, así que cuando comencé a caminar por primera vez, mi primera visita fue a la Basílica de la Virgen de Guadalupe para darle gracias”.

“Tuve una infancia diferente, en lugar de jugar fútbol aprendí a leer, en lugar de jugar con los niños de mi edad solía recibir visitas de amigos, pero que no eran de mi edad, me habitué a conversar con personas mayores que yo, en particular tenía un sacerdote amigo con el que me gustaba conversar”, aseguró el Padre.

El Padre Cepeda creció con mucha confianza con sacerdotes como sus amigos y durante su tiempo de estudiante en la secundaria y preparatoria tuvo también la oportunidad de conocer a otras ordenes religiosas de sacerdotes como los Jesuitas y los hermanos del Sagrado Corazón.

“Siempre pensé en querer ser sacerdote fue algo muy natural en mi vida”, aseguró el Padre Pedro.

Tuvo como primera intención irse con los Hermanos del Sagrado Corazón, pero su papá le pidió que no lo hiciera que, mejor esperara para terminar su carrera universitaria y después podría retomar esta decisión si todavía lo quería.

En obediencia a su padre, se graduó en 2010 como abogado en el Tecnológico de Monterrey campus Saltillo, donde su madre había trabajado por muchos años, como directora de inglés y servicios escolares y gracias a lo cual pudieron contar con un seguro que cubriera sus gastos médicos. Después de entregar el titulo a su papá, retomó su camino hacia el sacerdocio.




El Padre Pedro Cepeda en la primera fila de pie con un grupo de miembros de la Fraternidad Verbum Spei en Saltillo México, disfrutando de un descanso de actividades cuando recién había hecho sus primeros votos y se encontraba estudiando la filosofía.


De 2007 a 2011 estuvo en un grupo de jóvenes con pastoral universitaria, sirviendo como laico misionero. En 2012 se integró a la Fraternidad Verbum Spei como novicio en Saltillo y después de un año hizo los primeros votos.

“En 2017 hice la profesión perpetua y fue un compromiso paralelo, porque vas creciendo en tus compromisos con la comunidad y al mismo tiempo en tu formación profesional en teología y filosofía”, afirmó el Padre.

En el verano del 2018 se fue de misiones a la parroquia Mayor del Espíritu Santo en Cuba, ahí durante la pandemia, fue ordenado diácono el 21 de mayo de 2020. Regresó a México y fue ordenado sacerdote el 16 de enero de 2021. Después de su ordenación volvió a Cuba por segunda vez, y permaneció ahí hasta abril de 2022.

“Durante la misión en Cuba conocí gente sencilla, solidaria y resiliente, que te brinda lo mejor de sí y literalmente, siempre tienen las puertas de sus casas abiertas para recibirte” comentó el Padre.

En 2023, regresó a México por un año y durante este tiempo visitó Idaho, y entonces el Padre Dominique François lo invitó para apoyar a la comunidad de Verbum Spei en Idaho.”

“Lo primero que le respondí al Padre Dominique fue que me dejara probar si resistía el invierno, y en noviembre le dije que sí”, agregó el Padre Pedro.

Actualmente, vive en el Monasterio de Nuestra Señora de Efeso en Boise, con su comunidad. Ahí, apoya en el seminario con clases de Filosofía del ser vivo y Teología Natural. Participa en la estación de radio Sal y Luz, donde cada mañana en el programa “Nuevo Amanecer”, comparte la reflexión del Evangelio y es asesor espiritual. Actualmente, dirige un taller sobre el Evangelio de San Juan, para la comunidad hispana en la parroquia de Risen Christ en Boise y también apoya a otros sacerdotes de diferentes parroquias para celebrar la Eucaristía.

Para concluir el Padre dijo, “Yo creo que Dios siempre tiene más para nosotros de lo que pensamos, yo sabía que quería ser sacerdote, pero era más un secreto de Él”.

 
 
 

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